ACTUALIZACIÓN
FILOSÓFICA CON PLATÓN Y EL MITO DE LA CAVERNA.
Hoy en día, el consumismo es un
problema que afecta a la mayor parte de la población de los países
desarrollados y consiste en el consumo de bienes y servicios que no se
consideran esenciales, pero que suelen proporcionar satisfacción y felicidad
personal al individuo.
Este fenómeno, puede ser
comparado con el Mito de la Caverna de Platón, donde los prisioneros encadenados en el interior de la caverna
serían equivalentes a la sociedad consumista. En este caso, las cadenas que
retienen a la población en el mundo del consumismo son los factores influyentes
en el consumo de masas, como bien sería la presión social y la cultura. La
publicidad es el principal medio para promover la compra de cosas materiales
presentadas como necesarias para la persona e imprescindibles para alcanzar la
felicidad. Así pues, la publicidad sería el fuego del interior de la caverna y
proyectaría los objetos o productos y su sombra, es decir, la felicidad del
individuo.
Sin embargo, al igual que el
sabio del mito fue obligado a salir de la caverna y realizar un arduo camino
para encontrarse con el mundo exterior y conocer así la auténtica realidad, la
persona que en nuestra sociedad sea capaz de liberarse de las presiones sociales
y despojarse de toda atracción hacia el consumo compulsivo, será la que estará
más cerca del conocimiento de las verdaderas necesidades esenciales que
necesita el ser humano. Además, podrá comprender la fuente que emana la
verdadera felicidad y conocerá los verdaderos valores que contribuyen a
conseguirla, que no otra cosa sino el sol del mundo exterior de Platón.
Una vez que la persona ha
conocido la verdadera felicidad y ha llegado a entender que el consumismo no es
más que un mercado de mentiras, tendrá que afrontar la cuestión ético-política
que resolvió el sabio del mito descendiendo de nuevo a la caverna para liberar
a sus compañeros. Por ejemplo, se podría asignar esta función a un ecologista
que ha comprendido la repercusión, tanto a nivel personal como medioambiental,
que tiene la compra descontrolada, y por consiguiente tratará de impedir el
avance del consumismo desaforado informando a la sociedad del peligro que éste
conlleva, aunque muchas personas harán caso omiso y seguirán en el mundo del
inagotable consumo, al igual que los prisioneros se ríen del sabio que baja a
informarles de la auténtica realidad.